lunes, 7 de diciembre de 2015

Siembra de Nubes


Figura 1. [1]

PONER EL TIEMPO A NUESTRO FAVOR YA ES POSIBLE

En 1946, sobre un monte  de Massachusetts, Irving Langmuir observó como una avioneta se metía en una nube e hizo que su aspecto cambiara. Justo después comenzó a nevar. 
Por otra parte, Vicent Schaefer, copiloto de la avioneta, vió que la nube explotaba al atravesarla.





A partir de este momento, ambos científicos que ya trabajaban juntos empezaron a estudiar este extraño fenómeno.

Schaefer tenía curiosidad de saber qué pasaría si uno dispersaba hielo seco en una nube de gotas sobreenfriadas. Tuvo como resultado que el hielo disminuyó drásticamente la temperatura del ambiente y la nube se congeló [2].
Esto provocó una precipitación en forma de nieve pero se evaporó antes de llegar a la tierra.

Los investigadores de las nubes descubrieron que se puede acelerar el desarrollo de una nube añadiéndole partículas que atraen a las moléculas agua. 

¿Cómo funciona?


Hay dos posibilidades:

  • Siembra aérea: 
Figura 2. [2]
El yoduro de plata es una sustancia química altamente insoluble en agua y con una estructura cristalina parecida a la del hielo. Si el elemento se esparce desde una avioneta sobre las nubes se generan partículas alrededor de las que condensa el vapor de agua. Al entrar en contacto con las gotas de agua, el yoduro de plata propicia su congelación. Debido a su gran tamaño y peso llega un momento en el que cae en forma de nieve. A veces,  si con el cambio de altitud la temperatura aumenta y supera el nivel de congelación del agua los cristales de hielo pasan a ser gotas de agua; y por tanto, llueve en lugar de nevar. 
El requisito ideal para que este proceso se de es que las nubes sean de tipo cumulonimbus porque son densas y tienen fuertes corrientes convección. 

  • Siembra terrestre: 
    Figura 3. [2]
    Las nubes están constituidas por muchas gotas de agua de tamaño tan pequeño que no pesan lo suficiente como para precipitar por sí solas, y con estos métodos lo que se hace es aprovecharlas. En este caso, mediante la combustión del yoduro de plata se genera un humo que contiene partículas del mismo compuesto y las guía hasta las nubes que se quieren sembrar. Una vez allí, el yoduro de plata atrae las gotas microscópicas, uniéndose entre sí y consiguiendo la formación de otras de mayor tamaño y peso. De esta manera, llega un momento en el que caen en forma de lluvia. 


    La Organización Meteorológica Mundial ha indicado que la siembra de nubes produce resultados positivos en muchos casos, pero que depende de muchos factores como la especificidad de las nubes, velocidad y dirección del viento, el terreno, etc.
    La lluvia de las nubes sembradas duraba más tiempo, abarcaba un área mayor y daba mayor volumen (a veces el doble) que las nubes sin sembrar [3].

    Por ejemplo: Hubo siembra de nubes durante los Juegos Olímpicos deverano de 2008 en Pekín [4] para evitar la lluvia durante la ceremonia de apertura.

    Al provocar precipitaciones en un lugar, se estaría privando a otras zonas de precipitación o humedad al “exprimir” la nube antes de tiempo. Lo que podría llegar a generar sequías o variaciones en el clima de regiones enteras si se abusa de este sistema. Generando aún más desigualdades entre países en vías de desarrollo y países desarrollados, al ser los países más ricos los principales beneficiarios de estos sistemas [5].

    El yoduro de plata puede causar incapacidad temporal o posibles lesiones residuales a los seres humanos y mamíferos, si se expone de forma intensa o continua, aunque en principio no produce daño crónico. En cuanto a su impacto sobre el medio ambiente y la salud, varios estudios ecológicos muestran que su impacto es insignificante.

    Como conclusión, está claro que modificar el tiempo, compitiendo con las fuertes energías que prevalecen en la atmósfera, se ha convertido en una tarea muy común hoy en día. Pero, ¿predominan las ventajas o los inconvenientes en este caso?. En nuestra opinión, la siembra de nubes es más beneficiosa que perjudicial puesto que tiene aplicaciones de importancia. Con ella se puede ayudar a la prevención y gestión de desastres naturales, con lo que se ahorra mucho dinero en lugar de tener que solucionar los problemas que conllevan estos desastres; ayuda también a garantizar las reservas híbridas de una región en concreto en la que se aplique. Para la aviación civil es de gran utilidad, pues, elimina la niebla y las nubes en los aeropuertos; lo que aumentaría la seguridad en ellos. Por lo tanto, se puede concluir que, a pesar de que no se pueda medir su precisión y efectividad o de que se prive a otras zonas de esa precipitación, continúan siendo una potencialidad real sobre las que hay que seguir investigando tanto en la física de la atmósfera como en los laboratorios.

    Vídeo 1. [6]


    Agradecimientos

    Las autoras agradecen a Javier Rojas D. y a Diario el Día por su colaboración con la infografía presentada en esta noticia y a Telemadrid por el vídeo. 

    Referencias

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