¿Son los microplásticos una nueva amenaza cardíaca? Un estudio piloto con peces silvestres del Atlántico Nordeste [1]
Imagina que un pez, aparentemente sano, nada tranquilamente en el océano, sin saber que está llevando consigo unos pequeños, pero peligrosos fragmentos de plásticos, los microplásticos (MPs).
Los peces son fundamentales en las cadenas alimentarias del océano y cruciales para la alimentación humana. Recientemente, un grupo de científicos pertenecientes a la Universidad de Santiago de Compostela y a la Universidad de Oporto, descubrieron partículas de plástico en el corazón de peces capturados en el noreste del Atlántico. [1] Es por ello que este hallazgo no solo plantea serias preguntas sobre la salud de los animales marinos, sino que también abre un debate inquietante sobre los riesgos que los microplásticos podrían estar representando para los seres humanos. ¿Cómo llegaron esos plásticos al corazón de los peces? Y lo más alarmante, ¿qué impacto pueden tener en nuestra salud? ¿Podrían suponer una nueva amenaza cardíaca?
¿Qué son los microplásticos? [3]
Los MPs son fragmentos que presentan un tamaño inferior a 5 mm lo que los hace prácticamente invisibles. Se encuentran dos tipos de MPs: los primarios y los secundarios.
- MPs primarios: aquellos que fueron fabricados con ese tamaño, terminando en el medio natural sin sufrir variaciones en su tamaño. Un ejemplo muy común son los que están presentes en detergentes o cremas.
- MPs secundarios: son aquellos que se originan a partir de la degradación de productos plásticos. Los tipos de plásticos más conocidos de los que derivan son el polietileno (PE), el tereftalato de polietileno (PET) y el polipropileno (PP).
Investigación realizada
Los análisis realizados identificaron que 30 peces de los 154 estudiados, presentaron contaminación por MPs lo que nos deja con un porcentaje del 19%. Por otro lado, se hallaron un total de 44 partículas de MPs alojadas en los corazones de los peces estudiados. Las muestras correspondieron a cinco tipos de polímeros diferentes (polietileno, polimetilmetacrilato, polipropileno, poliéster y tereftalato de polietileno). Además, entre las especies analizadas; sardinas (Sardina pilchardus), merluzas (Merluccius merluccius) y fanecas (Trisopterus luscus), las sardinas presentaron una mayor contaminación en el corazón que las otras dos especies. [1]
Para analizar dicha contaminación, se tomaron muestras de los corazones de los peces las cuales se sometieron a un proceso de digestión química para eliminar el tejido biológico y extraer los microplásticos. Luego, los fragmentos recuperados fueron examinados utilizando técnicas avanzadas, como microscopía [4] y espectroscopía [5], que permitieron identificar su composición química, tamaño, forma y color los cuales fueron diferentes entre las especies, sugiriendo distintas fuentes de exposición y rutas de acumulación. También se realizó un análisis de componentes principales (PCA) [6] para comparar los perfiles de MPs recuperados de las tres especies. [1]
Imagen 2_Análisis de componentes principales [1]
Los peces marinos enfrentan múltiples formas de contaminación por MPs, estas incluyen la ingestión de presas contaminadas o agua de mar durante la alimentación, y la retención de MPs en las branquias durante la respiración. Algunos estudios también indican que los peces pueden confundir los MPs con presas y consumirlos accidentalmente.
Una vez ingeridos, muchos MPs son excretados junto con el quimo, el contenido semidigerido del tracto gastrointestinal. Sin embargo, no todos los MPs son eliminados de esta manera. Aquellos que permanecen más tiempo en el tracto digestivo tienen mayor probabilidad de atravesar las paredes intestinales, entrando en el torrente sanguíneo y llegando a otros órganos. Este fenómeno depende del tamaño y las propiedades físicas de las partículas. [1] Por ejemplo, MPs más pequeños o con formas irregulares pueden adherirse con mayor facilidad a tejidos y permanecer en el cuerpo por más tiempo.
Este estudio evidencia la preocupante capacidad de los MPs para acumularse en órganos vitales, como el corazón de peces silvestres. Este hallazgo abre interrogantes clave: ¿podrían estas partículas plásticas también afectar al corazón humano?
Aunque aún falta evidencia directa en humanos, se sabe que los MPs pueden causar inflamación, estrés oxidativo, obstrucción de los vasos sanguíneos y alteraciones metabólicas, procesos vinculados con enfermedades cardíacas y metabólicas. Además, el consumo de peces contaminados podría ser una vía de exposición para las personas.
Imagen 4_Cadena alimentaria [7]
Si los microplásticos ya afectan a los peces que consumimos, ¿cuánto tiempo pasará antes de que sus efectos sean evidentes en nosotros? Más que nunca, proteger los ecosistemas marinos es protegernos a nosotros mismos.
Por tanto, reducir la contaminación por plásticos es esencial, no solo para proteger los ecosistemas marinos, sino también para mitigar riesgos potenciales para nuestra salud.
Vídeo 1_Microplásticos en los ecosistemas marinos [8]
Referencias
[1] Luís Gabriel A. Barboza, Sara Couto Lourenço, Alexandre Aleluia, Giovanni Paolo Senes, Xosé L. Otero, Lúcia Guilhermino, Are microplastics a new cardiac threat? A pilot study with wild fish from the North East Atlantic Ocean, Environmental Research, Volume 261, 2024, 119694, ISSN 0013-9351,
https://doi.org/10.1016/j.envres.2024.119694.</pre> (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0013935124015998)
Valero Cruz, Andrea
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