Se consumen diariamente, pero ¿sabemos como funcionan?
Actualmente está en boca de todos, ya sea a un nivel más superficial o más profundo, pero todos las conocemos, desde series en televisión, hasta formas parte del día a día de miles de millones de personas: las sustancias adictivas, conocidas comúnmente como droga.
Y es que conocemos mucho de los efectos recreativos, y parte de los dañinos que pueden acarrear su consumo, pero no tanto de como funcionan estas mismas sustancias en nuestro cuerpo, y desde este análisis vamos a profundizar en algunas de las drogas más comunes de nuestro panorama, y cómo afectan en nuestro día a día.
Figura 1: Cigarrillo consumiéndose [1] |
¿CÓMO SE PUEDEN CLASIFICAR LAS DISTINTAS DROGAS?
A la hora de clasificar las drogas se pueden utilizar un sinfín de formas, ya sea mediante sus grupos químicos, sus formas de dañar el cuerpo, la raíz común de la que parten... Pero para este análisis hemos querido clasificarla según como funcionan en el sistema nervioso humano (a pesar de que muchos estudios y pruebas se han realizado en animales).
Dentro de esta categoría podemos encontrar 3 categorías:
· Depresoras del sistema nervioso central: Son drogas que afectan al sistema nervioso de manera que lo ralentizan, produciendo efectos analgésicos y somnolencia.
Ejemplos --> Cannabis, alcohol, metadona.
· Estimulantes del sistema nervioso central: Son drogas que son capaces de estimular el sistema nervioso central, produciendo efectos de euforia.
Ejemplos --> Nicotina, cafeína, cocaína, anfetamina.
· Alucinógenos: Se trata de drogas con la capacidad de producir un estado de conciencia alterado, deformando la percepción llegando a las alucinaciones.
Ejemplos --> LSD, éxtasis, drogas de diseño.
En este punto cabe destacar que esta entrada no se centrará ni se hablará de todas las drogas existentes en la actualidad, ya que conllevaría un trabajo extremadamente extenso, y lo que se busca es plasmar la parte de la adicción, por tanto se centrará en las dos primeras categorías, las drogas depresoras (alcohol y cannabis), y las drogas estimulantes (nicotina y cocaína).
Para que todas las personas puedan partir de la misma base, se tendrá que dar una definición de droga, siendo "Las drogas son sustancias que afectan al cerebro, ya que son capaces de penetrar en el mismo e interferir en la manera en la que las neuronas normalmente
envían información".
Existen dos mecanismos principales por los cuales las drogas son capaces de afectar nuestras funciones cerebrales, y en ambos se involucran algunas sustancias analizadas en el punto anterior:
Por un lado, las drogas pueden afectar a las neuronas gracias a que poseen una estructura química semejante a la del neurotransmisor, esto quiere decir que el la droga, y el compuesto al que sustituye, el neurotransmisor, que básicamente es un mensajero entre neuronas, son parecidos hasta tal punto que pueden confundirse en el cerebro. Un claro ejemplo de esto sería el cannabis (THC), que posee un gran parecido molecular con la anandamida.
La anandamida se trata de un compuesto químico creado naturalmente en el cerebro, y desenvuelve una actividad importante en la concreción de la memoria y en sensaciones tales como la del hambre, los patrones de sueño y el alivio del dolor. Además este neurotransmisor es fundamental en el embarazo, ya que ayuda a implantar el embrión en el útero.
Cuando se consume THC, este sustituye a la anandamida, adhiriéndose a los sitios diseñados para este neurotransmisor se una, provocando que se impida la liberación de GABA, un neurotransmisor que rebaja la actividad del cerebro. Al no poder liberarse GABA, aumenta la liberación de dopamina u hormona del placer, provocando que el THC produzca un refuerzo positivo, y por tanto, de donde viene su poder adictivo.
Un caso similar es el que se da con el alcohol, ya que esta droga afecta a los neurotransmisores de la dopamina, y también de la serotonina, y también impide que estos se unan con sus receptores, igual que con el receptor NMDA (relacionado con la memoria y el aprendizaje).
Figura 3: Funcionamiento del alcohol en las neuronas [3] |
En la Figura 3 podemos observar muy fácilmente cómo el alcohol inhibe el receptor de NMDA, es a partir de este que ejerce su efecto ansiolítico y sedativo.
En la figura se ve claramente como el receptor está operativo, y permite el paso de calcio (Ca) y sodio (Na) hacia la célula postsináptica, siendo este proceso el cómo funcionan nuestras neuronas, transmitiendo estos compuestos sodio y calcio cargados (por eso el +) a través de unos "túneles" conocidos como bombas de calcio y sodio. Pero por otro lado, en la parte de la derecha de la figura vemos que esos "túneles" quedan cerrados por el alcohol (ALC), impidiendo que las neuronas puedan comunicarse entre sí, siendo los síntomas de la embriaguez.
Por otro lado, otra de las formas que tienen las drogas de afectar al cerebro es generando una gran cantidad de neurotransmisores y produciendo una respuesta desmesurada en el cerebro, los ejemplos más claros serían los de la cocaína y los de la nicotina.
En
el caso de la cocaína uno de los sistemas neuronales que parece ser más afectado se
origina en una región del cerebro medio llamada el área ventral del tegmento
(AVT), siendo una de las áreas clave del cerebro
involucrada en la gratificación.
La cocaína impide que la dopamina, se elimine de la zona existente entre las neuronas, que es dónde se produce la sinapsis. De esta manera, se produce una amplificación de la señal en las neuronas
receptoras de dopamina, y se produce los efectos típicos de esta droga, como son la euforia desmesurada y la activación física.
Figura 4: Funcionamiento de la cocaína en las neuronas [4] |
La nicotina en cambio, aunque guarda relación, posee ciertas particularidades.
La nicotina se trata de un compuesto con cierto parecido al neurotransmisor acetilcolina, este proceso guarda relación con el THC, ya que provoca que se inhiba la libración del GABA, pero se vuelve mucho más adictivo ya que las propias células se adaptan a largo plazo a la propia nicotina. Un aumento de la cantidad de nicotina en el cuerpo provoca que al mismo tiempo se aumenten los receptores de esta sustancia, aumentando la secreción de dopamina, pero provocando a su vez que las neuronas reaccionen de forma menos inmediata a la nicotina, desencadenando el efecto de tener que aumentar la dosis de la misma para alcanzar los mismos niveles.
Todo esto desencadena una respuesta desmesurada en el cerebro con la nicotina.
Figura 5: Comparación entre la nicotina y el acetilcolina [5] |
PERO, ¿CUÁLES SON LOS EFECTOS SOBRE EL CEREBRO?
Y es que el alcohol ha
demostrado que tanto en la intoxicación moderada como en el consumo crónico se produce un daño en las estructuras neuronales. Además, también conlleva el
aumento de calcio entrando a las células neuronales, lo que causa procesos que
llevan a la muerte neuronal.
Pero obviando esta sustancia, sobre la que se conocen gran cantidad de daños y prejuicios, profundicemos más en aquellas de las que se desconoce más, y sobre las que hemos podido esclarecer cierto conocimiento sobre su funcionamiento en el cerebro, pero no tanto sus daños.
Los efectos de la cocaína en el cerebro se rigen por este esquema, y comienza conociendo que dentro del proceso normal de la comunicación, las neuronas liberan la dopamina dentro de la sinapsis, donde se une a los receptores de dopamina en las neuronas adyacentes. Normalmente, una proteína especializada llamada transportadora de dopamina recicla la dopamina devolviéndola a la neurona transmisora, pero cuando se ha consumido cocaína, ésta se adhiere a la proteína transportadora de dopamina y bloquea el proceso normal de reciclaje, resultando en una acumulación de dopamina, lo que magnifica o exagera los efectos placenteros de la cocaína.
Todo este proceso desencadena en afecciones de los vasos sanguíneos del cerebro, llevando a alteraciones de diversa índole en la densidad de neuronas , afecciones en la expresión de ciertos factores cerebrales, y en la funcionalidad de la barrera hematoencefálica.
Figura 6: Cadena de ADN [6] |
Actualmente la adición está fuertemente estudiada desde
todos los ámbitos para tratar de alcanzar su erradicación, aunque es un aspecto
como poco complicado. Una de las principales vías de estudio que presenta, es
como de relacionado está la adicción con nuestros propios genes, y existen
ciertos estudios plasmados desde el alcoholismo que sugieren que podrían estar
estrechamente relacionados.
Por ejemplo, la degradación del alcohol (metabolismo) en el ser humano está comandado por la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), cuya disponibilidad en el cuerpo está regida por los genes, como los ADH1B y el ADH1C. Estos genes son los que dictan la cantidad y el subtipo de ADH presente en el cuerpo, es por eso mismo que dependiendo de tus propios genes, ya seas asiático, americano, caucásico… La cantidad de esta enzima será distinta, y por tanto, tu tolerancia al alcohol, y tu dependencia al mismo variará, demostrando que en poblaciones afroamericanas, presentaban una asociación menor al alcoholismo que con las nativo-americanas, igual que la presencia de ADH1C*1 en poblaciones chinas, taiwanesas y japonesas, demostraron un menor riesgo a sufrir de alcoholismo.
Todos estos puntos que tan solo se han comentado de
manera superficial también ocurren con la aldehído deshidrogenasa y sus genes
(ALDH2), la monoamina oxidasa A (MAOA), y la catecol O-metiltransferasa.
- Leslie Iversen, en Department of Pharmacology, University of Oxford, cuyo título es "Cannabis and the brain"
- Mary Jeanne Kreek, David A. Nielsen, y K. Steven LaForge, en Laboratory of the Biology of Addictive Diseases, The Rockefeller University, New York, cuyo título es "Genes Associated With Addiction".
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