Noelia Lázaro Ronco.
Mª Ángeles López Jiménez.
El prefijo “nano-“ nos ha invadido. Ya lo encontramos hasta en la sopa.
Medicina,
cosmética, construcción, deporte, alimentación, textil, etc. Son innumerables
los campos en los que aparecen “nano-cosas” para sustituir o mejorar los
productos actuales. Todo el mundo habla de “nanotecnología” como la clave para
el futuro. Pero...
Medicina, cosmética, construcción, deporte, alimentación, textil, etc. Son innumerables los campos en los que aparecen “nano-cosas” para sustituir o mejorar los productos actuales. Todo el mundo habla de “nanotecnología” como la clave para el futuro. Pero...
¿Sabemos lo que es la “nanotecnología”? ¿Qué tiene este “nanomundo” para ser tan revolucionario y prometedor? ¿Por qué nos están invadiendo las “nano-cosas”? Acércate, y te lo contamos.
¿Qué es la “nanotecnología”?
¿Qué es la “nanotecnología”?
Antes
de ponerse a discutir sobre algo, hay que saber de qué se trata realmente. Para
hablar de “nanotecnología”, primero hay que saber lo que es.
La
palabra “nanotecnología” se puede desglosar en tres términos de origen griego:
En
definitiva, “nanotecnología” se podría definir como el conjunto de conocimientos relacionados con las técnicas u oficios que
permiten fabricar objetos, aparatos o sistemas de pequeño tamaño. O dicho
de otra forma, es tecnología a pequeña escala.
Una
vez definida “nanotecnología”, nos podría surgir una duda, y es cómo de pequeña
es esta escala; es decir, cómo de “enano” es aquello con lo que se trabaja en
“nanotecnología”. Para hacernos una idea de las dimensiones de lo “nano”, vamos
a utilizar un ejemplo a escala real (figura 1).
Imagina
un balón de fútbol, normalito, del color que quieras. Ahora compara su tamaño
con la inmensidad del planeta Tierra. La diferencia… es enorme, ¿no? ¡El balón
es minúsculo comparado con nuestro gran planeta! Ahora, ¿tienes en la cabeza
esa diferencia de dimensiones? Pues esa misma diferencia es la que hay entre el
balón de fútbol que has imaginado y una partícula “nano”. Sí, exacto, “el balón
de fútbol es a la partícula “nano” como la Tierra es al balón de fútbol”. La
diferencia de tamaños es exactamente la misma… ¡y sí! Las partículas “nano” son
así de pequeñas. Y a ese tamaño es al que trabaja la “nanotecnología”.
Por
si te han quedado dudas, o no eres capaz de imaginarte la partícula “nano”,
vamos a poner otro ejemplo. En este caso, vamos a hacer una escala de tamaños,
y vamos a mencionar algunos objetos o partículas que se encuentran en cada
escala (figura 2).
Nuestras
dimensiones se encuentran en el rango de los metros. Los ratones y los hámsters
que tenemos en casa son como una cien veces más pequeños que nosotros, y rondan
las decenas de centímetros. Las líneas que hacemos con los bolígrafos al
escribir tienen un grosor mil veces menor a nuestras dimensiones.
Imagina
ahora un cabello, y piensa en lo pequeño que es su diámetro. Pues su diámetro
es sólo diez mil veces menos a nuestras dimensiones. Y sí, he dicho “sólo”,
porque si seguimos bajando en la escala… ¡las partículas “nano” son hasta mil
millones de veces más pequeñas que nosotros! A este tamaño tan minúsculo se le
denomina tamaño “nanométrico”, y con este tamaño se encuentran algunos virus , la hemoglobina y la molécula de azúcar.
Formalmente,
se designa como “nanopartícula” a toda aquella que tiene dimensiones comprendidas
entre 0.1 µm y 1 nm. La “nanotecnología” se encarga de estudiar y buscar
aplicaciones a las moléculas, partículas y materiales con estas dimensiones.
Pero… ¿por qué hay tanto alboroto con las “nanopartículas” y las “nano-cosas”? ¿Qué
tienen de especial?
Lo
interesante de estas partículas tan pequeñas son las propiedades que presentan. Todo material cuyo tamaño de
partícula se hace más pequeño aumenta su superficie específica . Si para una cantidad determinada de un
material reducimos su tamaño hasta la “nanoescala”, la superficie específica
aumenta muchísimo en comparación la que poseía antes de reducirle el tamaño (figura 3). De la misma forma, las propiedades superficiales del material se acentúan.
Figura 3. Variación de las propiedades superficiales con el tamaño de partícula.
Asimismo, hay algunos materiales que cuando alcanzan el tamaño “nanométrico” presentan cambios inusuales en sus propiedades, o aparición de propiedades emergentes (fenómenos ópticos, térmicos, eléctricos, magnéticos, etc.).
El
oro es uno de estos materiales que, al pasar a la escala nanométrica, cambia
sus propiedades. ¿De qué color
es el oro? Por casualidad, ¿has pensado en color “amarillo” o “dorado”? El
color al que estamos habituados a ver y concebir el oro es precisamente ese,
“amarillo” o “dorado”, porque solemos verlo a escala macroscópica, es decir, en
partículas de gran tamaño. Sin embargo, el oro no es sólo de color “amarillo” o
“dorado”. El oro tiene distintos colores
según el tamaño. ¡Sí! ¡Efectivamente! ¡El cambio de escala de partículas
grandes a “nanopartículas” hace que cambien sus propiedades ópticas y su color!
Y además… ¡el color va cambiando en la propia escala “nanométrica”! En la figura 4 se pueden ver
distintos frascos con “nano-oro” de diferentes tamaños. Las “nanopartículas”
más grandes dan colores fríos (azules, violetas); mientras que las más pequeñas
dan colores cálidos (rosas, rojos).
Al
igual que el oro cambia su color, pueden cambiar otro tipo de propiedades
cuando pasamos de nuestra escala a la escala “nanométrica”. Y son estos cambios
y estas nuevas propiedades las que hacen que las “nanopartículas” estén armando
tanto alboroto… ¡Imagina qué otras propiedades pueden estar escondiéndose
detrás de los materiales grandes de uso habitual…! ¡Imagina la de aplicaciones
que se le pueden dar…! La
“nanotecnología” se encarga de buscar estas propiedades e intentar mejorar los
materiales habituales incorporando “nanomateriales”.
Se oye mucho hablar de "nano-", pero... ¿dónde está? ¿Se está utilizando ya o es sólo un proyecto de futuro?
La nanotecnología, aunque creamos que no, lleva a nuestro alrededor mucho tiempo. La nanotecnología inicialmente se aplicaba en el campo de la farmacia, óptica, electrónica y pigmentos, entre otros.
La nanotecnología, aunque creamos que no, lleva a nuestro alrededor mucho tiempo. La nanotecnología inicialmente se aplicaba en el campo de la farmacia, óptica, electrónica y pigmentos, entre otros.
En
la actualidad, estos sectores también siguen utilizando la nanotecnología, pero
han aumentado en número y variedad. Se incluyen otros muy distintos tales como,
en equipamiento deportivo, en microchips de ordenadores y móviles, filtros para
obtener agua de consumo de mejor calidad, recubrimiento en gafas de sol para
proteger de los rayos ultravioleta solares y cremas protectoras solares.
Muchos protectores solares contienen nanopartículas de óxido de zinc (ZnO) o dióxido de titanio (TiO2) . Estos compuestos químicos son capaces de absorber y bloquear la acción de los rayos ultravioleta procedentes del sol, y proteger así nuestra piel de quemaduras o enfermedades cutáneas más graves.
Por otro
lado, ya existen raquetas de tenis y bicicletas
fabricadas con nanotubos de carbono,
los cuales las dotan de mayor resistencia
y menos peso que permiten competir con mayor eficiencia al deportista. (figura 5).
¿Y cuándo se inventó eso de la
“nanotecnología”?
Aunque
si bien el concepto “nano-“ es relativamente reciente, lo cierto es que lleva
conviviendo con nosotros muchos años. De hecho, ¡nuestros antepasados usaban
nanotecnología sin saberlo!
¿Te
suenan las espadas de Damasco? Estas espadas… ¿tan resistentes, fuertes y
afiladas? Pues sí, ¡son pura nanotecnología!
El
acero de Damasco se utilizaba entre los siglos XII y XVIII para la
fabricación de espadas. Estas espadas tienen la peculiaridad de ser muy
resistentes y poseer un filo “casi eterno”. ¿Dónde está el origen de estas
propiedades? En su método de fabricación. Al parecer, los metales del acero se
mezclaban con carbón, el cual en las condiciones en las que se hacía la forja,
formaba nanotubos de carbono (figura 6). Los artesanos desconocían la presencia de estas
“nanopartículas”
en las espadas, pero sí sabían que su método era eficaz para conseguir espadas
resistentes y afiladas: estaban haciendo
“nanotecnología” sin saberlo. La forja era laboriosa y muy metódica, por lo
que, aún conociendo la composición de las espadas en la actualidad, no se ha
conseguido reproducir con total fidelidad ninguna de ellas.
Otro
ejemplo de que la “nano” nos acompaña desde hace siglos son las vidrieras
coloreadas de las catedrales de la época medieval.
¿Recordáis los distintos colores que puede tener el oro según lo pequeño que
sea (figura 4)?
Pues en el Medievo, se sintetizaba oro nanométrico de distintos colores para
colorear las vidrieras de las catedrales (figura 7) ¡todo sin saberlo! En esta época no se
conocía la “nanotecnología”, y sin embargo, también se estaba haciendo uso de
ella.
Ahora
bien, la “nanotecnología” no es algo que hayamos inventado nosotros: la naturaleza la lleva usando mucho más tiempo que
nosotros. Algunos ejemplos naturales de “nanoestructuras” son las alas iridiscentes de las mariposas o las ventosas “pegajosas” de los geckos, gracias a las cuales pueden desafiar
las leyes de la gravedad y subir por las paredes sin caerse. De
hecho, muchos estudios nanotecnológicos están enfocados a entender estar
estructuras e intentar imitarlas para aplicarlas para mejorar los dispositivos
y materiales utilizados actualmente.
Como vemos, la "nanotecnología" se nos presenta como algo novedoso y con un gran abanico de posibilidades y aplicaciones. Sin embargo, no todo es tan maravilloso. Aunque se está haciendo un estudio exhaustivo de las mismas con el fin de buscarles aplicabilidad, se nos está olvidando investigar algo importante: la "nanotoxicidad". Y es que, además de tener propiedades excepcionales y extraordinarias, las "nanopartículas" también pueden ser tóxicas. La fiebre "nano-" debe dar paso a una "nano-concienciación" que permita, además de hacer grandes avances en ciencia, asegurar que éstos son seguros para nuestra salud.
Ahora
que conoces un poquito más sobre el fenómeno “nano”… ¿qué te parece? ¿Es la
“nanotecnología” el futuro? ¿Crees que hace falta más investigación? ¿Has visto funcionar alguna cosa con "nanotecnología"? ¡Cuéntanos!
Referencias a día 27/11/2017:
- Fuentes de las imágenes del encabezado:
Nanorobots: Tecnología Inimaginable (ABCiencia).
Nano-exclusive Line (Orogold Cosmetics).
"Existen productos con nanotecnología" (Belleza Sana, Miguett Multimedia).
Aqua Reflex (Nano Bio Salud).
- Información:
Término "Nano" (Wikipedia).
Origen de la palabra "tecnología" (Planeta Curioso).
"La nanotecnología en tu día a día" (Galarscience).
"Los nanotubos de carbono, el secreto de las Espadas de Damasco" (El Mundo, ciencia y ecología).
"El secreto de las Espadas de Damasco al descubierto", I y II (Fundación Telefónica, Nanotecnología).
"Nanotecnología: pasado, presente y futuro" (El Español).
"Las patas del Gecko, un súper adhesivo" (Ecofactory).
"Las nanopartículas sí pueden atravesar membranas" (Tendencias Tientíficas).
"Nanopartículas y su efecto sobre la salud" (Dialnet).
¡Qué interesante! ¡Buen trabajo!
ResponderEliminar¡La nanotecnología está en todos lados y nosotros sin saberlo! :)