Sustitutos del azúcar ¿Al rescate?...Hoy en día en todos los
establecimientos nos podemos encontrar gran cantidad de productos y cada vez más se
puede observar el término edulcorante en las etiquetas de éstos, pero ¿qué
significa realmente? ¿son beneficiosos para la salud? .Para realizar una dieta
baja en calorías los médicos recomiendan sustituir el azúcar industrial por
edulcorantes artificiales como por ejemplo la sacarina, pero ¿sabemos realmente
como afecta a nuestra salud? ¿tenemos la información suficiente?
La introducción de edulcorantes
artificiales se produjo hace más de un siglo para ofrecer sabor dulce a los
alimentos evitando así el elevado contenido calórico. Fue una adquisición muy
tentadora debido a su bajo coste para la industria, así como baja ingesta calórica
y reducción de peso. A su vez médicos y
endocrinos han colaborado con su consumo para permitir a sus pacientes
diabéticos y con obesidad que sus dietas no fuesen tan amargas. Aunque a día de hoy están sobre una balanza las
ventajas e inconvenientes que proporciona.
Según un estudio reciente
publicado en la revista Nature por el Instituto
Weizmann de Rehovot (Israel) han observado que el consumo de edulcorantes
artificiales alteran la flora intestinal y potencia el desarrollo de
intolerancia a la glucosa, diabetes.
El estudio se llevó a cabo con
tres de los edulcorantes más utilizados, sacarina, sucralosa y aspartamo en una
población de ratones, estos se
suministraron al agua de bebida. La
cantidad añadida se correspondía con la cantidad diaria recomendada por la FAD (Food and
Drug Administration) 5 mg/kg.
Niveles de glucosa en sangre-Imagen adaptada de "The Washington Post" © 2014 |
Los edulcorantes artificiales no
realizan aporte calórico porque al pasar por el aparato digestivo llegan
intactos a la flora intestinal, por lo que no se acumulan en el organismo. Esto
llevó a pensar que podría existir una alteración.
Tras numerosas experiencias se
concluyó con que los edulcorantes artificiales tenían influencia sobre la flora
intestinal.
Luego, estos estudios se llevaron
a cabo en humanos, sobre una población de 400 personas. Se les realizaron
análisis nutricionales y de bacterias intestinales. Los resultados que se
obtuvieron fue que los consumidores habituales de sacarina tienen niveles altos
de hemoglobina
glicosilada.
La segunda parte de este estudio,
se redujo hasta siete personas sanas, es
decir, no eran consumidores habituales de estas sustancias, las cuales tomaron
la cantidad diaria recomendada de sacarina por la FAD. Aunque no afectó a todos
por igual, cuatro de los siete participantes presentaban estos síntomas.
Basándose en un análisis precedente que
demostró la composición de su flora intestinal era diferente a los otros tres
participantes.
“No todo el mundo responde
negativamente a los edulcorantes artificiales”, señala Eran Segal. Pero “pueden
ser perjudiciales para un sector amplio de la población”. También ha
afirmado “no creemos que haya base
suficiente para cambiar las recomendaciones dietéticas”.
Este estudio ha causado polémica,
ejemplo de ello es que el secretario de
la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición Miguel Ángel Rubio publicó
sus discrepancias en “El
PAÍS”
Tras la información recogida en
este artículo como bien dice Eran Segal, carece de base como para cambiar las
recomendaciones dietéticas. Aunque puede ser un paso a la investigación de
edulcorantes a día de hoy. Así como también el estudio no fue representativo.
Creemos que se está haciendo un
uso abusivo de estas sustancias ya que la gran mayoría de los productos
industrializados que están a nuestro alcance
los contienen, aunque dentro de un nivel permitido. Porque al ingerir
varios de estos productos, podemos alcanzar fácilmente el límite máximo establecido. Aun así basándonos en los datos
obtenidos por este estudio, “cada
persona es un mundo” no afectará de igual modo ya que cada individuo tiene una
dieta y hábitos diferentes. Pese a ello
recomendamos reducir la ingesta de estos
productos.
Referencias
1. Suez, J.; Korem, T.; Zeevi,
D.; Zilberman-Schapira, G.; Thaiss, C. A.; Maza, O.; Israeli, D.; Zmora, N.;
Gilad, S.; Weinberger, A.; Kuperman, Y.; Harmelin, A.; Kolodkin-Gal, I.; Shapiro,
H.; Halpern, Z.; Segal, E.; Elinav, E., Artificial sweeteners induce glucose
intolerance by altering the gut microbiota. Nature 2014, 514 (7521), 181-186
2. Periódico “La Vanguardia”.
España [en línea]. Actualizada: 18 septiembre 2014. [Fecha de consulta: 31
octubre 2014]. Disponible en: http://www.lavanguardia.com/salud/20140917/54416075546/sacarina-favorece-diabetes.html
Antonia Mata Mata
Mª Teresa Moreno Muñoz
Hola, soy Cecilia Robles, nutrióloga, considero que es un interesante estudio, que nos permite avanzar en el conocimiento en el área de los alimentos, sin embargo, hay puntos importantes a considerar, uno de ellos es la generalización sobre los edulcorantes no calóricos, en un principio el estudio habla de 3 de ellos, sacarina, sucralosa y aspartame, y después se enfoca sólo en la sacarina; los resultados reportados se refieren básicamente a este edulcorante. Es importante no generalizar.
ResponderEliminarTambién es importante considerar que la segunda parte del estudio en humanos fue con tan sólo con 7 personas, para llegar a conclusiones se necesitará de mayor investigación.
Finalmente, es importante tomar en cuenta que los resultados del estudio no concuerdan con la vasta evidencia científica que confirma que estos endulzantes son seguros. Por ejemplo, la sucralosa, ha demostrado específicamente que no tiene efectos en la glucosa sanguínea o en los niveles de insulina.
Hola Cecilia, como podrá comprobar se ha modificado la entrada tras someterla a corrección. Respecto al uso de edulcorantes no se ha generalizado sobre su uso pues cada uno de ellos tiene una consecuencia, como es el caso de la sucralosa que se diferencia con respecto a la sacarina en que su repercusión es sobre la alteración en la flora intestinal, que forma parte del estudio desarrollado. Pero sí es verdad, como ha hecho referencia usted, que la sucralosa tras numerosos estudios se ha llegado a la conclusión que no afecta a la cantidad de glucosa glicosilada.
ResponderEliminarTampoco se ha asegurado que este estudio forme parte de una reevaluación, aunque deja que pensar si realmente los datos actuales son beneficiosos para la salud.