martes, 29 de octubre de 2019

¿Cloro? ¡Pues claro!

                                                                             ¿CLORO? ¡PUES CLARO!


Figura 1. Átomo de cloro

La opinión de la gente sobre el cloro es muy variada, te puede gustar más o te puede gustar menos debido a sus posibles fines, pero lo que sí es verdad es que no te va a dejar indiferente la siguiente información acerca de él.




El cloro fue descubierto en 1774 gracias a los trabajos del químico farmacéutico Carl Wilhelm Scheele, quien fue también protagonista del descubrimiento del oxígeno. [1]
Scheele hizo reaccionar el mineral pirosulita (MnO2) con HCl. La reacción produjo un gas verdoso de con un olor sofocante y desagradable. 
Observó que este gas blanqueaba las hojas verdes y corroía a los metales. [2]
                                                   
Figura 2. Cloro gas.

                                                                                     



El cloro es un gas que puede llegar a ser mortal y no es de ahora nuevo.
Ya en la primera guerra mundial se conocían sus efecto dañinos que puede tener este gas (Cl2) sobre la salud, hasta tal punto de usarse como arma debido a su toxicidad.
Además del efecto lacrimógeno que tiene, provoca la axfisia y la muerte. La gente que sobrevivía a los efecto de este gas, normalmente sufrían problemas respiratorios crónicos.
[3]



Figura 3. Ataque químico con cloro.

Se utilizó utilizó en la guerra de Irak en 2007, contra las fuerzas kurdas de Irak en 2015, y supuestamente por el gobierno sirio en forma de bombas de barril y cohetes en enero y febrero de este mismo año (2019).


La cosa cambia cuando el cloro cambia de estado de oxidación y se combina con otros elementos.
El cloro se disuelve cuando se mezcla con agua. También puede escaparse y mezclarse con el aire en bajo ciertas condiciones. 
Una vez en el aire y en agua, el cloro reacciona con otros compuestos químicos. Se combina con material inorgánico en el agua para formar sales de sodio y con materia orgánica para formar compuestos orgánicos clorinados.
Debido a su reactividad no es probable que el cloro se mueva a través del suelo y se incorpore a aguas subterráneas.
Las plantas y los animales no suelen almacenar cloro. Sin embargo, estudios de laboratorio muestran que la exposición repetida a cloro en el aire puede afectar al sistema inmunitario, la sangre, el corazón y el sistema nervioso de animales. 
El cloro provoca daños ambientales a bajos niveles y es especialmente dañino para organismos que viven en el agua y en el suelo. [4]

¡¡¡SIN EMBARGO!!! 

En los animales el cloro y sus distintas formas (en un estado de oxidación distinto de 0 y combinado en ocasiones con otros elementos), interviene en el equilibrio ácido-base, mantiene la presión osmótica, es un elemento clave del jugo gástrico, componente del equilibrio cloruro bicarbonato, forma la secreción gástrica en forma de ácido clorhídrico, hay mantenimiento del volumen normal de los líquidos.

Figura 4. 


Como podemos ver el cloro elemento puede tener efectos dañinos en muchos sentidos, pero con la simple  pérdida o ganancia de electrones al combinarse con otros elementos puede tener efectos muy beneficiosos y sólo se ha ganado o perdido partículas a priori insignificantes como nos pueden parecer un electrón.

Figura 5. Enlace entre átomos de cloro.


Aunque no todo va a ser malo, pues gracias al cloro tenemos agua potable.
Pese a todas las desventajas que supone para nuestra salud y el medio ambiente, combinados con otros elementos puede resultar muy ventajoso.
La cloración del agua es un proceso empleado en los tratamientos de agua para lograr la desinfección de bacterias y organismos patógenos por lo que disminuye la probabilidad de transmisión de enfermedades por medio del agua.



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Figura 6. Acción desinfectante del cloro. 
                  
La cloración se emplea en las partes finales de los tratamientos de potabilización, desalación, incluso depuración. En este proceso se busca eliminar los microorganismos que puedan haber sobrevivido a los procesos anteriores.
Además de lograr la destrucción de patógenos, también sirve para eliminar sólidos minerales y orgánicos no deseados. En este grupo se encuentran las sustancias que provocan olores y sabores desagradables en el agua. [5]


En nuestro día a día podemos ver al cloro más de lo que nosotros pensamos.
La sal común, ese ingrediente tan importante en nuestras cocinas, ¡también lleva cloro!, además lo podemos encontrar en productos de limpieza.
Cloruro de sodio, es un mineral de aspecto cristalino y color blanco, se encuentra presente de forma abundante en la naturaleza. Puede encontrarse en grandes masas sólidas o disuelto en el agua marina.
El cuerpo humano necesita de este compuesto químico para funcionar debido a que se encarga de absorber y transportar nutrientes, mantener la presión arterial, garantizar el equilibrio correcto de los fluidos, transmitir señales nerviosas y relajar los músculos, pero un exceso o una falta de ésta podría traer efectos perjudiciales a la salud. [6]



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¿Cómo detectamos la presencia de cloro? ¡Pues muy fácil!
Mediante este sencillo experimento químico podemos detectar la presencia de cloro (Cl2 ). Se mezcla yoduro de potasio (KI) con almidón. El cloro reacciona con el yoduro de potasio para dar lugar a yodo (I2). Se trata de una reacción redox en la que el yodo se reduce y el cloro se oxida.




 Cl2 + 2KI → I2 + 2KCl



Puedes ver esta sencilla reacción con el siguiente vídeo:











Bibliografía
[6] https://www.clorurodesodio.org/  ( Acceso 27/10/2019)


Publicado por: Jesús Manuel Blázquez Moreno
                        Carlos Calero Cañuelo
 


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