viernes, 8 de diciembre de 2017

¿Es seguro reutilizar las botellas de agua?

Realizado por: Cristina Velasco Tejero y María Mercedes Baena García

Las botellas de agua (o de refrescos) de plástico están fabricadas para ser usadas una sola vez. De hecho, en la mayoría de etiquetas de las botellas podemos ver un símbolo que indica que no la rellenemos por nuestra salud y seguridad.

Figura 1. Etiqueta de una botella. Aguas de Fuensanta S.A., Asturias (España).

Pero, ¿por qué es malo rellenarlas? 


Toxicidad


Uno de los mitos que abundan en internet y que pasan de boca en boca es el de que las botellas de plástico pueden liberar en el agua componentes tóxicos para la salud.

Los 2 componentes que crean más controversia son el Bisfenol A y el antimonio.

  • Bisfenol A (BPA)


Hace unos años un estudio del centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos encontró que más del 90% de los estadounidenses tenían trazas de esta sustancia en la orina.

El Bisfenol A o BPA es un producto químico muy común asociado a los envases de policarbonato y utilizado para fabricar todo tipo de termoplásticos moldeables, no sólo botellas sino también latas de alimentos y bebidas, recibos y extractos bancarios, CDs, etc. Actualmente el BPA se encuentra en todas partes (aire, agua, etc) en pequeñas cantidades. Suficiente como para que los métodos analíticos modernos de ultratrazas (ng/L) los puedan detectar.

El problema no es su presencia en determinados plásticos, sino que cuando dichos plásticos se encuentran en contacto con los alimentos, parte del BPA puede pasar a los mismos, ser ingerido entonces por el ser humano o los animales y pasar al medio ambiente. Es lo que se denomina migración.

Posibles migraciones que pueden darse: al agua embotellada en envases de plástico, al agua calentada en calentadores de agua hechos de plástico, a alimentos guardados en bolsas y contenedores de plástico, bien en la nevera, bien al calentarlos con el microondas o congelarlos, etc. Aunque determinados plásticos como el Polietileno Tereftalato (PET, código de reciclaje 1), o el Polipropileno (PP, código de reciclaje 5) se consideran seguros, existe, de hecho, controversia acerca de si las botellas de PET transmiten bisfenol A o no al agua. Algunos estudios indican que podrían transmitir hasta 0.01 mg/kg.

Pero aunque haya una migración de este compuesto al agua o alimentos, la cantidad es muy pequeña, estando dentro de los límites permitidos, y no supone ningún gran riesgo para la salud.


  • Antimonio

Algunos compuestos derivados del plástico que compone las botellas, podrían pasar al agua contenida en ellas, de modo que los materiales permitidos para entrar en contacto con los alimentos no presenten riesgos para la salud (siempre que se cumplan las condiciones normales o previsibles de empleo). Sin embargo, algunos estudios recientes apuntan que el PET podría tener algunas implicaciones sobre la salud que aún no están del todo claras, y que se deberían principalmente a una posible actividad genotóxica y estrogénica de algunos de los compuestos que migran al agua.


Figura 3. Símbolo plásticos PET
El antimonio es un elemento químico que está presente en botellas de plástico que contienen agua, zumos de frutas, refrescos, etc. Por ello, la legislación establece unos límites de migración para estos compuestos basados en investigaciones previas. Aunque los envases de PET no contengan (o contengan en muy pequeña proporción), en principio, bisfenol A sí que es probable que contengan antimonio, ya que este elemento actúa como catalizador en la polimerización del PET, siendo el desencadenante de dicha reacción, pero está presente a unos niveles muy bajos que no son perjudiciales para la salud, siempre que se cumplan las condiciones normales de uso. A temperatura ambiente (unos 20 ºC) no hay migración de antimonio, mientras que a mayores temperaturas (unos 40ºc) aumenta notablemente la concentración de antimonio detectada en agua, aunque sin superar el límite establecido por la Unión Europea.

En definitiva, cuanto más tiempo permanezca el agua en la botella y a más temperatura esté expuesta, más probabilidad hay de que haya migración del antomonio al agua.


El verdadero riesgo: un nido de bacterias


Figura 4. Cultivo de bacterias

Los expertos coinciden en que el mayor riesgo para la salud asociado a la reutilización de las botellas de plástico es microbiológico. A menos que las botellas sean lavadas regularmente, la reutilización de los envases de plástico conlleva una contaminación bacteriana, con microorganismos procedentes de nuestra propia boca, nuestras manos o por exposición medioambiental.

Por lo tanto, la razón principal por la que algunas marcas de agua muestran esa recomendación en su etiquetado, es la de evitar riesgos microbiológicos. Cuando abrimos una botella de agua, su interior puede contaminarse con distintos tipos de microorganismos, como bacterias y hongos, que pueden proceder de distintas fuentes, como nuestra boca (si bebemos directamente a través de la botella) o el ambiente. Estos microorganismos, que podrían provocarnos alguna patología a corto o a largo plazo, pueden desarrollarse gracias a que disponen de las condiciones necesarias para ello, entre las que se encuentran: presencia de agua (aunque vaciemos la botella, siempre queda alguna gota adherida a la superficie interna), presencia de nutrientes (aunque en cantidades relativamente escasas) y una adecuada temperatura. 

Botellas de plástico vs botellas de vidrio


Entonces, ¿por qué en las botellas de vidrio no se da ninguna recomendación para no rellenarlas? Los microorganismos se adhieren con mucha más facilidad a la superficie de los materiales plásticos que a la superficie del vidrio o del metal, especialmente si se trata de una botella con arrugas, recovecos y deformaciones como las que aparecen tras su reutilización, que pueden servir de "refugio" a las colonias de microorganismos. ¿Y si lavamos la botella? Una posible solución para tratar de minimizar el riesgo asociado al crecimiento de microorganismos es lavar el interior de la botella. 

Las botellas de vidrio no tienen una presencia de BPA, lo que las hace seguras. Sin embargo, hay algunos otros riesgos de seguridad que se podría necesitar controlar cuando se usan botellas de vidrio. Podrían romperse y hacerse añicos más fácilmente que las plásticas, lo que podría ser un problema con niños pequeños.




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